FUS1ON 2020
VerODA A LA ETNIA
ACP / SAMAAP
UN VIAJE
Escritora
De la Isla Colón emigró mi familia en los años 40, durante la segunda guerra mundial, cuando el auge de Bocas del Toro se dispersó y declinó por motivos políticos y mi abuelo materno se vio forzado a trasladar su familia a Panamá. Me crié comiendo cus-cus con akí, jamaní, rondón, bragadab, wanpát, yanikéks, arroz con coco, pescao sudao, kaufít súp, plantin tarts, pattí, scavich, beiks, yukapuon, michilá, yinyabred, suarsáp, raísandbiins wit kakanát and pigsfit. Más que gaseosas o sodas, bebía sarril, aicinglass, mint-ti, rousewáta. No faltó el “crasbón” para Semana Santa, ni el “frut keik” en Navidad. Escuché el “yaz” y la música de las grandes orquestas americanas de los 40 y los 50. Oí muchos cuentos de los visitantes bocatoreños que llegaban a mi casa y de alguna manera, fui descubriendo mi cultura diferente a la mayoritaria; y aprendí que tenía que hablar “inglés bueno” para surgir en la vida.
También supe, que por razones políticas, constitucionales esta vez, muchos bocatoreños antillanos y otros en toda la República se hispanizaron los nombres para asimilarse a la cultura panameña. Y que de pronto, ser bocatoreño y hablar “guari-guari” se convirtió en estigma. ¿Quién iba a contar cuentos en lengua afroantillana? Empecé a investigar el “inglés malo”, para desmentir el prejuicio y descubrí el creol y con eso, toda la sociología, historia, antropología que documenta su existencia y quedé, de puro azar e investigación, escribiendo, hablando, documentando parte de la identidad que sustenta el dialecto, la gente, su historia y mi historia. Entre un ensayo y otro, surgieron ideas para la pintura y uno que otro poema o cuento —nada trascendental— pero igual de osada, es mi voz…
Educadora
Se dice que de los designios de Dios no escapa nadie. Estudiar el “inglés bueno” me exigió dedicarme a la docencia para ser Profesora de Segunda Lengua. Me sorprendió un día mi tutor diciéndome que entrara al aula para mi práctica docente. A la fecha, 1970, era yo dibujante técnico.
El tablero, la tiza, los planes, y la docencia para mi eran tierras ignotas… Mis ideas estaban enfocadas en la traducción y en la Comisión del Canal… En 1972, entré a un salón en el Instituto Nacional. Magia. Epifanía. Encuentros.
Mi gran vocación y realización profesional han durado más de cuatro decenios por los que he caminado por muchas aulas y muchas vidas, hoy exitosas y quienes me roban una sonrisa de satisfacción con el recuerdo.
Casi al final de mi carrera, después de 30 años, llegué a la Comisión como Instructora; se me dio mi meta, pero cuando tenía que ser. Sigo en la docencia de muchas maneras: pintando, adiestrando maestros, en conversatorios… Si tuviera que escoger, lo haría otra vez. Hija de tigras…todas mis tías, mi abuela y mi madre fueron normalistas, estudiaron para maestras; solo una antes que yo ejerció como tal… Nadie escapa. Es la espiral de la vida.
Pintora
Crecí en el entorno de la cultura bocatoreña.
Mis raíces están en la marea fluctuante de la Isla Colón. En el camino descubrí mi otra raíz, la vena congo, venida de la costa atlántica por la herencia de mi padre, descendiente de negros de Nigeria, Haití, Santiago de Cuba y de una nativa de Viento Frío, Costa Arriba en Colón.
Pinté y dibujé a colores infinidad de cuadros que no recuerdo, hasta que la voluntad de un amigo pintor me lanzó al agua, sin salvavidas…
Cuando empecé a pintar ya adulta y en serio, surgió mi deseo de hablar de la etnia, de los niños, de la mujer y su poder, el hombre en su entorno y otras fantasías mías surrealistas, oníricas en óleo, en acrílico, en plumilla, en lápiz. Y he contado historias en el lenguaje del color, que no tiene fronteras, y que silenciosamente, narra la historia de mi ancestro en mi arte, que es mi voz.
ARTE AL ALCANCE DE SUS MANOS
Ponemos a su consideración nuestra galería de obras en venta.
en cartelera
Algunas de las actividades en las que he estado participando recientemente.